jueves, 25 de septiembre de 2014

Idonealidad

Sino había momentos para sonreír tu me dabas motivos para sentir. Cuando había q llorar tu me hacías sonrojar, tu valiosa compañía siempre me servía, para ver mejor los peores momentos de los acontecimientos que nos avenían. Me hacías saber que era importante y que me quería la gente.
Aunque el cielo estuviera nublado contigo a tu lado se hacían soleados, no había tormenta, viento o marea que a nosotros nos detuviera. Hacías mis días felices, mis horas cortas, los minutos largos y los segundos increíbles. Ese momento especial, con esa bondad y humildad, hacia q no hiciera falta hablar. Con tu compañía que me permitía vivir a más cada día.
Cada uno de tus besos, caricias, miradas bonitas, me hacían estar más cerca tuya, sin sentirme perdido ni estar en el olvido. Que valgo bastante sin saberlo y tu cada día más con tus consejos.

Que bonita sensación, que llega hasta el corazón, pero no se asoma, que esta lejos y no cerca.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Por qué nos gusta mucho más la música de nuestra adolescencia que la que conocemos más viejos

http://www.xataka.com/musica/por-que-nos-gusta-mucho-mas-la-musica-de-nuestra-adolescencia-que-la-que-conocemos-mas-viejos

La nostalgia, la "tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida" definida por la Real Academia Española, domina la música. En general, nos domina a todos los niveles. Cualquier tiempo pasado fue mejor torna en verdad universal cuando se habla de determinados grupos o cuando a un nivel personal optamos por escoger las mejores piezas de nuestra juventud para elaborar un relato impecable. Los festivales optan por acudir a las viejas glorias que aún tienen un amplio recorrido y base de seguidores. Los medios hablan largo y tendido de discos del pasado. Las conversaciones en el día a día se centran en cuestiones lejanas y no en el presente. La nostalgia, el anhelo del ayer, melancolía del pasado, nos controla. ¿Por qué?
La música Pop, en un viaje definido por la constante búsqueda de sus propias raíces y la efervescencia juvenil, siempre se ha buscado a sí misma en el ayer. Desde la irrupción del Blues a mediados del siglo XX hasta las constantes imitaciones de géneros pasados del siglo XXI, pasando por el Punk, el Glam Rock o el Grunge, hablar de música implica hablar de emociones que siempre encuentran referentes anclados en la memoria. Bajo dicha tendencia, presente a nivel artístico, subyace un impulso irrefrenable personal y emocional: nuestra tendencia natural a edulcorar la música (pero también el cine, la literatura, los programas infantiles, los deportes, la ropa) que disfrutamos en la juventud de cada uno, en la adolescencia. Allí nos formamos, y esa es nuestra cárcel.


No es nostalgia, es química en tu cerebro
¿Cómo se construye? En nuestro cerebro. Diversos estudios científicos han demostrado que escuchar música libera diversas reacciones químicas en nuestro cerebro. Dopamina, serotonina, oxitocina, sustancias que también se liberan cuando probamos un alimento que nos agrada en especial, cuando vemos una película que nos toca la fibra sensible, cuando volvemos a hablar con una vieja amiga de la que hace mucho tiempo que no sabemos nada, etcétera. El proceso es común a todos nosotros y no hay nada que podamos hacer para escapar de él. Es inútil resistirse: la música está específicamente creada para que le añadamos memorias, recuerdos, sentimientos del pasado y emociones por venir. Si le arrancáramos todo eso probablemente sería inútil.

La parte divertida, la que enlaza nostalgia y música, viene ahora: la adolescencia es el momento en el que la liberación de estas sustancias químicas, ante reacciones o estímulos externos, es mayor. Nuestro crecimiento hormonal entre los 12 y 21 años es extraordinariamente rápido en proporción a los otros años de nuestra vida. Además, nuestra identidad se forja a partir de entonces.
La adolescencia uno de los momentos más importantes de nuestras vidas porque nuestra identidad se forja a partir de entonces. Y la música casi siempre está ahí, directa o indirectamente.

Como explican en Slate, crecer durante la adolescencia implica muchas decisiones, conscientes o no, que nos moldearán cuando seamos jóvenes y adultos. Filiaciones políticas, gustos, modelos de pensamiento. Es cierto que muchas de estas cuestiones se evaporan más tarde en el tiempo, pero también lo es que muchas otras perviven. Se trata de uno de los momentos más importantes de nuestras vidas. Y la música casi siempre está ahí, directa o indirectamente.
¿Y cuál es el resultado? Según David Levine, autor de This Is Your Brain on Music: The Science of a Human Obsession, que nuestras canciones adolescentes son Nuestras Canciones. La nostalgia, por tanto no es una mera imposición cultural o una tendencia de la industria, se asienta de forma indiscutible en lo más profundo de nuestro cerebro, y a partir de ahí es imposible resistirse a ella. Aquella canción escuchada por primera vez cuando estabas conociendo al que posteriormente sería tu novio, o aquella primera chica a la que conociste en una playa del mediterráneo, con apenas quince años, mientras hablabais de ese grupo que tanto os gustaba de jóvenes, son los primeros pasos en una vida autónoma. Son momentos muy importantes.

Volver a escuchar esas canciones, grupos o discos se transforma, por tanto, en un poderoso ejercicio de visión retrospectiva. Para algunos puede llegar a ser, literalmente, volver allí. Al igual que el olor del plato favorito que siempre cocinaba tu madre los domingos, el disco de Estopa que marcó los primeros años de tu adolescencia lo guardas ahora en un especial rincón de tu memoria. Ya no es lo que era, cierto, pero siempre lo defenderás a muerte. Oh, aquel verano en el que mis padres me llevaron por todo el norte peninsular, en coche, con un recopilatorio de las mejores canciones de The Beatles. ¿Qué tiempos aquellos, eh? Es igual que ya sean pasto de las cenizas de un tiempo que no volverá, quedó congelado en 'Ticket to Ride'.

Viajes en el tiempo a través de las canciones
El fenómeno es universal. Tanto, que hay quien se ha aventurado a crear The Nostalgia Machine, la máquina de la nostalgia que de forma rápida y certera te acerca a los mejores éxitos del año que a ti te apetezca. ¿Tu primer gol con el equipo del instituto lo marcaste, digamos, en 1993? Pues aquí tienes un puñado de canciones que quizá te lleven de nuevo hasta esa pista de hormigón con baches por todas partes: 'I Will Always Love You', 'Can't Help Falling in Love', 'Nuthin' but a 'G' Thang' o 'Ordinary World', de Duran Duran, que, paradójicamente, cantaba sobre no llorar el ayer. Quizá viendo las canciones que eran populares en 1993 sí entren ganas de llorar.

Sin embargo, caben peros a esta teoría, que antepone la adolescencia a toda experiencia vital posterior. Seguro que más de uno sois capaces de identificar un montón de canciones posteriores a vuestros años teen que os marcaron a fuego hasta el presente. En mi caso, por ejemplo, pesan más las canciones de los late teen years que de la adolescencia propiamente dicha.

¿La diferencia? Reside únicamente en el impacto emocional que cada uno haya podido sufrir, más joven o más viejo. Parece claro, no obstante, que existe un patrón entre todos nosotros: las canciones de nuestra juventud, sea ésta cuando quiera ser, impulsan cierta pulsión nostálgica, que camina entre la melancolía deslavazada y la apología de lo pasado, que ninguna canción posterior, presente o futura es capaz de crear.

Desde un punto de vista psicológico también se puede explicar. Lo que realmente echamos de menos, como algunos estudios han puesto de manifiesto, no sería un hecho concreto, un día, un acto, como los que hemos enumerado más arriba, y sí una época, un sentimiento. Puede que al escuchar cierta canción no estemos pensando en los examenes de febrero, o en los examenes de segunda convocatoria de septiembre, y sí en los cuatro o cinco años en los que nos movimos entre las bambalinas de la Universidad.
O que tampoco echemos de menos aquella estúpida forma de beber con los amigos, y sí aquellos días de aparente libertad absoluta en los que aún bebíamos en parques. La sensación frente al hecho, de lo concreto a lo general. "El milagro de la memoria", o cómo podemos recordar una canción que no hemos escuchado en años y no somos capaces de pensar qué cenamos hace dos noches.

Quizá por aquí podamos explicar la tendencia aburridísima del fan de Rock medio a denostar toda música del presente y edulcorar el pasado de forma exagerada, poniendo en contraposición cualquier grupo de este mismo año a Led Zeppelin, The Rolling Stones o The Police. ¿Deberíamos culparles por ser esclavos de su propias emociones? Puede que no, pero desde luego hay quien está sacando rédito de todo ello. Cómo entender si no que The Kinks en los ochenta, con unas dos décadas de producción a sus espaldas, parecieran dinosaurios, y que U2 aún hoy continúen publicando discos y llenando estadios, con gran expectación de crítica mainstream y público, más de treinta años después de haberse formado como grupo. La industria ha sabido sacar partido de la nostalgia de la generación que hoy se puede permitir pagar entradas por encima de sesenta euros.

A los artistas también les pasa
Nostalgia y música son términos que van de la mano. Desde lo psicológico, lo neurológico, hasta lo puramente compositivo. Hay muchos géneros que hoy en día viven en un permanente estado de melancolía por el ayer, transmitiendo sus visiones del pasado a sus jóvenes seguidores. Los grupos Shoegaze, aquel género que sublimó en los noventa el feedback, el delay y los muros de ruido, no hacen mucho más que repetir lo que ya se creó en su momento.
Lo mismo se puede decir del Indie Rock, en un bucle del que no parece saber salir. Antes de que los géneros, por pura nostalgia, se repitieran a sí mismo hasta el infinito habían surgido muchos otros que parecían en un permanente estado de lamento por la edad juvenil perdida. De entre todos ellos cabe mencionar el Indie Pop, y aquel laconismo por la adolescencia, triste, adolescencia perdida por veinteañeros y treintañeros que se deleitaban en la ingenuidad de lo inocente y puro.

Al final, de poco podemos culparles cuando nosotros mismos caemos, por tiranía del cerebro, en los mismos defectos. La música es resultado de lo que somos y lo que somos, al parecer, es un montón de sustancias químicas afectando a los diferentes espacios de nuestra cabeza. En esa nostalgia se ha movido siempre la música Pop y nos movemos nosotros. Quizá, aún siendo conscientes de todo esto, no podamos evitar, en unos cuantos años, hablar mal de la música del ahora y ensalzar todos aquellos grupos que nos acompañaron en los difíciles años que fueron desde la infancia hasta la juventud. Realmente no podremos evitarlo: estaremos, biológicamente, destinados a ello.

martes, 16 de septiembre de 2014

Notas olvidadas

Eres de esas personas que me gustaría tener a mi lado toda mi vida porque tu eres la que me alegra día a día, la que me hace estar alegre cuando estoy triste y...cambia mi ánimo en cualquier momento 

No me di cuenta de lo que me dijeron tus ojos, lo que callaron tus labios, esas llamadas nunca realizadas, tus caricias imaginadas sobre mi nuca dadas, tu sonrisa para otros, esos besos soñados pero nunca tocados. No supe darme cuenta de que no me querías como yo te quería a ti, te darías a otros como yo me daría a ti, pero no te das cuenta que el resultado es igual para los dos, muchas ganas pero toda la desilusión al final 

Quién busque el infinito que cierre los ojos.. Y empiece a soñar con las olas y el mar, con un tiempo perfecto y un futuro ideal, dejándose llevar por el momento de la marea y el viento de la realidad, de aquí para allá pero queriendo ir donde deseas llegar 

Hay algo peor que un dejavu que no querer vivirlo???

Sentir esa complicidad eso que no consigo sentir con otra persona, sentir que contigo puedo ser como soy sin ocultar nada de lo que soy ni de lo que doy 

Porque me parece verte en cada melena descubierta en una espalda vuelta y en la mirada de otras, será que ansío tanto verte que espero que estés detrás de ese cuerpo? Darme una sorpresa y saber que estas ahí sin saber que ibas a estar 

Lo mejor de mi día eres tu 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Soy Feliz

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-01-26/diez-maneras-de-ser-muy-feliz-avaladas-por-los-cientificos_80292/


La práctica totalidad de las ciencias ha estudiado qué nos hace felices y qué no y las respuestas son tan variadas como investigaciones se han hecho sobre el tema. El periodista Jeff Haden ha recogido algunas de las principales actitudes que contribuyen a nuestra felicidad, basándose en las observaciones de Belle Beth Cooper. Estas son, entre otras, diez de las conclusiones más sólidas.
1. Haz ejercicio. Aunque sea durante 7 minutos.
Con frecuencia pensamos que no tenemos tiempo para hacer ejercicio, perosólo siete minutos son suficientes para hacernos un poco más felices. ¿No tenemos siete minutos que extraer de nuestro apretado horario?
El ejercicio tiene un efecto tan profundo en nuestra felicidad y en nuestro bienestar que se ha convertido en una estrategia eficaz para combatir la depresión. Así lo probaba un estudio citado en el libro de Shawn Achor The Happiness Advantage. En él tres grupos de pacientes deprimidos fueron tratados con medicación, con deporte o con una combinación de ambos. Los resultados son verdaderamente sorprendentes: todos los grupos experimentaron una mejoría. Sin embargo, fueron testados seis meses después para comprobar si se habían producido recaídas. Un 38% de los que sólo habían tomado medicación había retomado la depresión, un 31% de los que habían combinado medicación y ejercicio había recaído igualmente, y sólo un 9% de los que habían paliado su depresión con el deporte había recaído a los seis meses.
Los beneficios del deporte, sin embargo, no se limitan a las personas deprimidas. Igual que sus efectos son positivos en éstas, lo son en cualquiera que haga ejercicio y desee ser un poco más feliz a lo largo del día. Una buena opción es practicar running, lo que te dará una libertad que es imposible alcanzar mediante otros deportes.
2. Duerme más: serás menos susceptible ante las emociones negativas
Dormir es muy importante para que el cuerpo se recupere de su actividad diaria, y tiene efectos muy positivos en nuestra alegría. Así lo confirman Po Bronson y Ashley Merryman en NurtureShockdonde aluden al hecho de que los estímulos negativos se procesan en la amígdala y los positivos y los neutrales en el hipocampo. La falta de sueño afecta con mayor intensidad al hipocampo, por lo que las personas que duermen mal tienen mayor tendencia a recordar con intensidad los eventos negativos y a olvidar los positivos.
La afirmación se sustenta con un experimento realizado por Walker en el que una serie de universitarios privados de sueño debían memorizar una lista de palabras. Recordaban el 81% de las palabras negativas, como cáncer, y sólo el 31% de las palabras positivas o neutras, como sol baloncesto.
Aquí te ofrecemos una guía para dormir bien con las mejores (y las peores) posturas para conciliar el sueño.
El humor con que afrontamos las primeras horas del día puede condicionar la jornada completa, de modo que es importante descansar bien.
3. Pasa más tiempo con los amigos y la familia
Suena tópico, pero no haber pasado el tiempo suficiente con los amigos y la familia es uno de los principales arrepentimientos que expresa la gente antes de morir. Interactuar con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos revierte positivamente en nuestro estado de ánimo. Así lo explica Daniel Gilbert, profesor de psicología de Harvard: "Somos felices cuando tenemos familia y somos felices cuando tenemos amigos, y casi todas las otras cosas que creemos que nos hacen felices son, en realidad, vías para tener más amigos y más familia".
En la misma línea, el estudio Terman, recogido en The Longevity Projectconcluía que las relaciones con los demás son fundamentales para vivir una vida larga y feliz: "El beneficio más claro de las relaciones sociales viene de ayudar a los demás. Aquellos que ayudaban a sus amigos y sus vecinos, aconsejando y cuidando de los demás, tendían a vivir más que el resto".
4. Sal a la calle con frecuencia
En The Happiness Advantage Shawn Achor recomienda pasar tiempo al aire libre para aumentar la alegría y el buen humor: "Reservar tiempo para estar al aire libre cuando hace buen día proporciona grandes ventajas; un estudio reveló que pasar 20 minutos en la calle cuando hace buen tiempo no sólo propicia el buen humor, sino que desencadena la reflexión y mejora la memoria".
Así, aunque sea simplemente en el descanso para comer, reserva unos minutos al día para que te dé el aire.
5. Ayuda a los demás
Para ser felices nosotros mismos resulta imprescindible ayudar a los demás, y 100 horas al año (dos horas a la semana) parece ser el número clave de tiempo que debemos dedicar al resto. El Journal of Happiness Studies publicóuna investigación que aludía al hecho de que la gente a la que se le había encargado comprar algo para otra persona experimentaba una felicidad mucho mayor que aquellos que se habían comprado algo a sí mismos.
Aquí explicamos por qué la felicidad reside más en el dar que en el tener o en mejorar el estatus social y laboral.
6. Sonríe
No se trata de fingir, pero sonreír nos puede hacer sentir mejor. Por supuesto,es importante que la sonrisa sea el producto de cultivar pensamientos positivos, como afirma un estudio de la Michigan State University. Éste sugiere que los que trabajan de cara al público, si fuerzan una sonrisa falsa a lo largo del día su estado de ánimo empeora y terminan por dejar el trabajo. Sin embargo, aquellos que sonríen como resultado de pensar en cosas positivas mejoran su estado de ánimo y están más alegres.
 José Antonio Marina y el doctor Luis Rojas Marcos, dos de los grandes pensadores de España, explican en esta entrevista a El Confidencial que“cuando yo sonrío, expreso mi bienestar, pero también aumento mi bienestar”.
7. Planea un viaje, aunque no vayas a hacerlo
El mero hecho de planear un viaje o un descanso del trabajo puede contribuir al bienestar. Un estudio publicado en el Applied Research in Quality Lifemostraba que el mayor pico de felicidad se experimentaba durante la planificación de las vacaciones, más que durante el propio viaje.
Ello está ligado al sentimiento de anticipación. Como refiere también Shawn Achor, "un estudio reveló que en la gente que pensaba que iba a ver su película favorita se elevaban los niveles de endorfina un 27%".
8. Medita
Un equipo de investigación del Massachusetts General Hospital realizó escáneres cerebrales a 16 personas antes y después de su participación en un curso de meditación de ocho semanas. El estudio, publicado en Psychiatry Research: Neuroimaging, concluía que tras completar el curso las partes del cerebro asociadas con la compasión y la consciencia propia habían crecido, mientras que las partes relacionadas con el estrés se reducían.
Además, meditar suele relajarnos y clarificar nuestra mente, lo que también contribuye a nuestra propia felicidad. Además de aumentar la creatividad y la inteligencia, como defiende el cineasta David Lynch
9. Múdate cerca del trabajo
El tiempo que nos cuesta llegar al lugar del trabajo tiene un gran impacto en nuestra felicidad. Al fin y al cabo, es algo que hacemos dos veces al día, cinco días a la semana, y la gente a la que le lleva mucho tiempo desplazarse o que lo hace de manera incómoda es menos feliz. Así lo dice The Art of Manliness: "Mientras que muchas condiciones no afectan a nuestra felicidad a largo plazo porque nos acostumbramos a ellas, nunca nos acostumbramos al esfuerzo diario de ir al trabajo. A veces el tráfico es espantoso y a veces no". Así lo decía también Gilbert: "Conducir en un atasco es un tipo distinto de infierno cada día".
10. Practica la gratitud
Estar agradecidos por las cosas que tenemos –lo que implica valorarlas en su justa medida– es muy importante para ser conscientes de nuestra felicidad y disfrutarla más. De hecho, los participantes de un experimento ligado a la gratitud debían, en primer lugar, escribir una lista de las cosas por las que estaban agradecidos, y ese simple hecho ya mejoró su estado de ánimo. Siempre de acuerdo con el refranero español, para el que "es de bien nacido ser agradecido".
De la misma manera que podemos invertir dinero en los demás, podemos invertir nuestro tiempo, lo que resulta ser incluso más satisfactorio y nos proporciona grandes dosis de alegría. Aquí te explicamos cómo trabajar la gratitud para ser más felices.

martes, 9 de septiembre de 2014

Adiós viejo amigo

No término de asimilar a la gente que se va, sentir ese vacío que tardará en volverse a llenar, a veces te sientes como una mierda que suele dar igual, vales a unos pocos pero a los demás no importas, se caen las lágrimas de mis ojos enrojecidos pensando en esa persona que no volverá a estar ahí jamás. 

Mi mente se hace débil por mucho que quiera luchar y hacerse fuerte, pero ese recuerdo hace sea difícil poder conseguirlo. Sabes que ese momento de recuerdo, te hace reír y te provoca bienestar, siempre quedara. 

Es difícil de asimilar pero se ha de seguir mirando hacia adelante y luchar, aprovechar esos momentos con esas personas que tal vez no puedas volver a sentir igual. Seguiré siendo fiel A mi forma de pensar, comedido pero aprovechando los momentos que me brinda la vida, viajando riendo conociendo y sobretodo disfrutando. 

Descansa en Paz querido amigo Juan tus gritos jugando siempre nos quedarán 

sábado, 6 de septiembre de 2014

Como crear un nuevo habito

http://financialred.com/sabes-como-crear-un-nuevo-habito/


¿Sabes cómo crear un nuevo hábito?

Una de las cosas más complicadas de hacer, y que empezamos a aprender desde muy pequeños es la de “crear hábitos”. Despertarse a una hora, no comer entre horas, el estudio diario o darse crema en la cara cada mañana. Todas estas acciones se convierten en hábitos cuando las hacemos a diario y casi sin darnos cuenta. Es decir, es algo habitual y lo raro sería no hacerlo. Los hábitos son una buena forma de llevar un equilibrio y un orden en la vida, pues un habito también puede ser, hacer la lista de la compra, o llevar una contabilidad diaria.
Pero esto de los hábitos no es tan fácil. Requiere en algunos casos, mucha fuerza de voluntad, constancia y una serie de actitudes que hay que mantener día a día. El 40% de las acciones que realizamos a diario son hábitos. Algunos los adquirimos sin casi darnos cuenta, y otros nos gustaría adquirirlos. Por ejemplo, el hábito de ir andando al trabajo, o de subir a casa por las escaleras y no en ascensor, comer fruta todos los días, o no dejar el pago de impuestos para el último día. Pero todos podemos adquirir un hábito. A continuación tenemos algunos trucos para hacerlo con más facilidad.
hábito

1. Empezar con calma

La clave para crear un hábito es comenzar poco a poco. Por ejemplo 1 minuto al día, o un día sí y otro no, los días pares, para luego ir aumentando a todos los días. Por ejemplo salir a correr. Empezar un día 10 minutos, al día siguiente 12 minutos, o a los dos días, para así ir habituándonos poco a poco a ello.

2. Incrementar muy poco cada día

Para crear un hábito, es importante ir aumentando cada día, pero de una forma casi imperceptible. Aunque sea un minuto más. Si pasamos de poco a mucho en pocos días, nos acabaremos cansando.

3. Elabora un gráfico de metas /evolución

Es importante ir viendo cada día nuestra evolución, y como vamos llegando poco a poco a nuestra meta. Esto supondrá una motivación extra para seguir haciéndolo y para confiar en que podemos llegar a crear un  hábito.

4. No fallar más de 1 día

Si un día no repetimos esa acción que queremos convertir en hábito, es importante no hacer lo mismo al día siguiente. Intentar no fallar más de 1 día seguido, es imprescindible para no tener la sensación de que se ha perdido todo el camino recorrido.

5. Ser paciente

Por supuesto, el hábito no se consigue fácilmente. Requiere tiempo y disciplina. Para ello hay que ser paciente y tener una meta de que se va a conseguir antes o después. Lo importante es tener en cuenta que sin esfuerzo no hay recompensa. La creación de hábitos es imprescindible para una buena forma de vida.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Una foto

Una foto no será capaz de reflejar la belleza con la que te ven mis ojos, la dulzura q transmites y ni siquiera esa personalidad q me asombra en muchos instantes. No hay ese olor, ni ese perfumé que llega tan profundo q me excita cada segundo.
Sólo recoge una imagen, una mirada q comparándola con la realidad se queda en nada. Un cuerpo vestido q hace feos al descubierto, una silueta sólo contemplada, pero con muchas curvas sin la ropa, sólo se perciben y se deducen cosas pero nada que ver con tenerte en mi piel y comer tu labios y tu boca.
No tienes rostro, sólo eres una imagen que forma parte de mi ilusión e imaginación para describirte así